lunes, 12 de agosto de 2013

Panamá: La vida cotidiana en la capital

La vida cotidiana en la capital


La llegada a Panamá desde el aeropuerto me produce el primer choque: el contraste entre el frio del interior del edificio y el golpe de calor húmedo del exterior. Sí, dentro de los cristales hay una temperatura que puede llegar a menos de 20 grados, incluso 16. Sales fuera y pasas de golpe a 35. Pero lo peor es la humedad, altísima. Aun así consigo dormir y mi adaptación es casi completa.
La segunda cosa que me choca es el caótico tráfico de vehículos. Del aeropuerto a la capital se suceden las colas, los embotellamientos, los pitidos, los cortes de carretera y desvíos por obras, los tramos de baches. Pero lo que más me impacta son las largas colas de gente esperando el bus, el Metrobus. Me cuenta la compañera que me lleva en el coche que la gente espera media hora, hasta una hora, para poder subir al bus. Y luego, con la cola de vehículos que hay, tarda otra hora para llegar al trabajo. Total, la gente madruga de buena mañana para poder llegar a tiempo al trabajo. Por ejemplo se levanta a las 5,30 para poder tomar el bus hacia las 6 y así poder llegar al trabajo a las 8. Increíble, pero es verdad. Un desgaste brutal, cotidiano. Un montón de horas perdidas.

Todo esto tiene que ver con un cambio en el sistema de transporte y su "modernización". Se está construyendo el Metro de Panamá capital, que está previsto de un servicio moderno, de nuestros días. Pero en lo inmediato todo esto comporta grandes sufrimientos para la población trabajadora. Esto se agrava por la sustitución de los viejos autobuses, anticuados, faltos der seguridad y con un sistema de gestión de tráfico caótico y privado. Ahora que están desapareciendo los “diablos rojos”, hay nuevos y flamantes autobuses. Nueva compañía…privada, con capital colombiano y…poquísimos autobuses. Total, largas colas -o filas- y esperar y esperar. ¿Qué era mejor?

Todo parece pues que el gobierno hubiera apostado por tener la línea de Metro lista para las próximas elecciones de mayo 2014 y que la gente le reconozca la inversión y gran comodidad que ello representará. Pero…¿olvidará la gente los dos años de penurias, de madrugones, de pérdida de miles, millones de horas? ¿Se puede hacer “política para el pueblo” sin pensar siquiera en cómo vive el pueblo el día a día, el cómo se sufren esas políticas?

A pesar de todas esas dificultades la gente es amable. Tranquila. La impresión es que Panamá es un país amable y tranquilo. Quizás por ello hay una afluencia y fusión de razas y culturas, comenzando por las 7 etnias panameñas. Entre ellos muchos españoles y catalanes. Un lugar ideal para empezar a conocer las culturas, la selva y las condiciones de Latinoamérica. Y las contradicciones.

Agosto 2013

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